domingo, 28 de noviembre de 2010


Cuando el cuero tira
y solo queda el humo de ese dolor
mis manos todavia sangran
con resentimiento
el desengaño.
No puedo hacer mas,
que dejar que la lluvia limpie la maleza.
cerrar los ojos
pensando en el amanecer del sur,
lejos de la ciudad que te come el cuerpo
haciendote doler las entrañas,
dia a dia
sin darte cuenta...
hasta que una mañana
no duele tanto
pero la claridad
deja entre ver
cuantas ramas se deben podar del arbol
para que crezca firme... y la cosecha
sea como tiene que ser.

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