son lágrimas de otro tiempo
con una maduración mas intensa.
como un vino añejo,
se disparan.
estas arden
y queman un poco..
pero son el síntoma
de un cambio
de un dolor diferente
como una quemadura de cigarrillo
no se olvida
pasara
pasara
pero no va a desaparecer.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Como la langosta marina... Las heridas desgarran su piel y sanan pero jamas se quita de su caparazón las marcas de aquel sufrimiento.(Me hiciste acordar tanto a F. Doltó!) Y allí estamos vulnerables a tantas muertes, expuestos al candente sol que nos exprime la vida y bifurca los caminos.
Estas heridas no deben desaparecer jamas y es menester que sigan existiendo, puesto que ellas son el testimonio de nuestro paso por el mundo.
Yam, sos una grossa! Realmente me llegó tu escrito. ¡Gracias!
Ale
Publicar un comentario